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Otro simple jaleo

La asociación de críticos y divulgadores de cómic (ACDCÓMIC), la editorial Astiberri, la asociación Cegal de librerías de España y el grupo de librerías especializadas Zona Cómic vienen de lanzar un comunicado refiriéndose a la situación del presidente de la Sectorial del Cómic. Lo que dice es esto:

Aparte de eso, ya han sido varias las veces que tanto alguna gente a nivel personal como algún colectivo han venido reclamando explicaciones por una situación anómala.

Las respuestas dadas siempre han sido que todo se trata de un asunto menor y que entrar en ello es contribuir a armar jaleos que en nada benefician al sector.

Yo no tengo del todo claro que esto sea un «simple jaleo» o que se quiera englobar dentro de esas polémicas que se forman en redes por «los cuatro de siempre». Comprendo que agarrarse a esa narrativa es una forma como otra cualquiera de pretender quitar hierro a un asunto que es ciertamente sensible.

Hablamos de colectivos enteros de autoras, de editoriales y de librerías manteniendo debates internos desde hace meses. Y ese es el verdadero jaleo, el elefante en la habitación y de lo que nadie parece querer hablar. ¿De verdad el sector entero puede pasarse semanas enfrascado en debates sobre la pertinencia de que una persona concreta ocupe un cargo concreto después de una sentencia concreta?

Resulta muy difícil de creer y, sin embargo, en esto andamos. Llamadas incesantes buscando apoyos, presiones por aquí y por allá, votaciones para decidir qué votar, consideraciones emocionales, racionales y contraposiciones que van de la frialdad del «bien común» hasta todo tipo de argumentos éticos. Líos y más líos para buscar y rebuscar el argumento definitivo que desmonte la posición del de enfrente. Ahora bien, ¿hay alguien enfrente? ¿Es esto un tema de bandos? ¿Es algo de «estás conmigo o contra mí?

Pues no, lo siento, querida amiga, pero por mucho que traten de construir la narrativa de que esto va de duelos, de luchas o de batallas, nada más lejos de la realidad. El problema es solo uno, ni jaleo, ni polémica, ni bronca, ni exaltación, ni nada por el estilo, es algo muchísimo más sencillo que todo eso: se considera que una situación concreta es incompatible con ostentar un cargo concreto, se pidieron explicaciones y las explicaciones no convencieron. No hay más. Se puede adornar el relato todo lo que se quiera. Se pueden buscar 127 pies al gato si se quiere, se puede añadir toda la parafernalia para polarizar la situación y hablar de buenos y malos. Genial. No pasa nada, algunas estamos acostumbradísimas a que se nos tache de polémicas o incluso que se nos diga que ponemos palos en las ruedas. ¿También es polémica la asociación de críticos, es polémica Astiberri, lo son las librerías?

Pero siempre se olvida lo mismo: la metáfora del barco que tanto se utiliza para unas cosas, deja enseguida de utilizarse para otras. Lo queramos o no, vamos todas a bordo. Cuando todo esto pase, cuando la tormenta amaine, independientemente de a quién se le cuelgue el sambenito de haberla empezado, todas estaremos de nuevo en las mismas posiciones, seguiremos viéndonos en los mismos espacios, organizando las mismas cosas y trabajando como de costumbre. Por mucho que se quiera recordar como ruido, bronca, jaleo o cualquier otro sinónimo, insisto, es algo muchísimo más sencillo y más simple: se pidieron explicaciones y las explicaciones dadas no convencieron.

¿Se quiere inflar el globo y convertirlo en las Termópilas? Pues vale… pero quizás sería mucho más edificante y productivo abordar el debate de forma directa sin tanto subterfugio y sin tanta pelea de narrativas cruzadas.

No sé, quizás es que yo estoy loco o quizás es que llevo un tiempo apreciando mucho más la verdadera gravedad de los problemas del día a día, pero ¿por qué demonios llevamos meses hablando de todo esto en todos los colectivos que conforman el sector? ¿De verdad se quiere hacer creer a la gente que el problema se ha creado desde fuera, que todo está bien tal y como está, que mantenerlo todo igual es lo mejor? ¿Si está tan bien, por qué se llevan meses pidiendo explicaciones? ¿Por qué nunca parecen lo suficientemente satisfactorias? ¿Por qué se debate en bucle y se vota y se vuelve a votar?

¿Por qué parece de todo menos normal esta situación?

Como de costumbre: ni idea, yo solo pregunto. Será, como siempre, que esto no es más que otro simple jaleo montado por los cuatro sospechosos habituales.

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