No falla: sale la noticia de que se concede el Premio Nacional de cómic y en menos de dos horas surge alguien con una serie de argumentos clásicos que tratan de deslegitimar la obra galardonada porque… porque patata.
Es el ejemplo perfecto de la estructura circular. Da igual lo que hagamos. Nuestras acciones no servirán de nada, de forma irremediable volveremos a atravesar el mismo punto una y otra vez, pero además en este caso concreto suelen coincidir dos aspectos: hay gente que critica sin haberse leído la obra y hay gente que se escuda en las bases de la convocatoria y dice que se están incumpliendo porque le apetece hacer una interpretación que de algún modo le convenga o le interese o, peor aún, que diga que se está vulnerando el «espíritu real» del premio porque… porque patata.
En cuanto a la gente del primer grupo, aquellos que sin haberse leído una obra consideran que no es merecedora de galardón alguno, pues… es que ni siquiera se me ocurre qué decir… Entiendo que uno de los males que trajeron consigo las redes sociales fue la facilidad de mostrar nuestra idiotez en público sin ningún tipo de complejo. Creo que ese tipo de opiniones están al nivel de cuando yo decía de pequeño que no me gustaban las lentejas y así me mantuve hasta que con veinte años me comí unas lentejas y resulta que me gustaban.
En cuanto a la gente que cada año se agarra a lo que dicen o dejan de decir las bases, creo que es importante aclarar qué es lo que se recoge en ellas. A día 15 de febrero de 2023 se publica en el BOE la convocatoria. Dentro del texto siempre se argumenta que si la primera edición debe ser tal, cual o pascual. Veamos lo que dice el texto:
Primero. Objeto y finalidad del premio.
El Premio Nacional del Cómic distinguirá la mejor obra de este medio creada por autoras o autores españoles, en cualquiera de las lenguas oficiales españolas, publicada en España en su primera edición entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2023, que haya cumplido los requisitos legales establecidos para su difusión. Se considerará como fecha de publicación la que aparezca en el área de mención de edición. En caso de no indicarse la fecha en el área de mención de edición, se tendrá en cuenta la que figure en el número de Depósito Legal, en el copyright o en otras fuentes del propio libro que acrediten de forma lógica el año efectivo de su publicación.
Según pone ahí mismo en la convocatoria hay que cumplir tres requisitos básicos.
El primero es ser de aquí, algo que se consigue por una cuestión de nacimiento o de nacionalización.
El segundo es que la obra debe haber sido creada en alguna de las lenguas oficiales españolas.
El último es el de que la primera edición que se haga de la obra en España debe haberse hecho en el año inmediatamente anterior al año en el que se concede el premio.
Ejemplo práctico 1
Mari Carmen es una señora nacida en Villaviciosa de Odón en 1947. A principios de los años 70 decidió irse al Japón a vivir una aventura. Allí, como autora integral, escribió y dibujó algunos mangas que alcanzaron cierta popularidad, pero jamás salieron del país nipón. Ella los creó en español, por supuesto, y una mujer de la editorial, la señora Watanabe, era la encargada de realizar la traducción con la que se comercializaban finalmente las obras.
A finales de 2022, una editorial descubre la historia de Mari Carmen y también una de sus obras más importantes y decide recuperar los textos originales tal y como los había creado Mari Carmen para lanzar una edición en 2023.
Esa obra, creada por Mari Carmen (española), en una lengua oficial del estado (español), publicada en Japón en 1972, jamás había sido publicada en España hasta 2023.
¿Puede optar al Premio Nacional de cómic? Pues lo cierto es que sí, aunque es comprensible que pueda existir cierta controversia.
La obra estaba creada en un primer momento por Mari Carmen en español, sin embargo, cuando se publicó esa obra ya no era solo suya, sino que la autoría era compartida con la señora Watanabe a cargo de la traducción.
Es decir, la obra lanzada al mercado que llenó las librerías y obtuvo cierto reconocimiento no era una obra de autoría cien por cien española, sino que era hispanojaponesa. Y ojo, que en eso nada tiene que ver si la lanzó la editorial X o Y o el domicilio fiscal de la misma. Para hablar de la autoría nada tiene que ver de dónde vengan los dineros para otorgar a una obra una nacionalidad u otra.
Sin embargo, la editorial española que se encuentra con la historia vital de Mari Carmen lo que edita es la obra original creada por ella sin intervención alguna de la señora Watanabe, es decir, no parte de traducir una obra sino que lo que hace es recuperar la concepción primera de la misma.
Pero… ¿respeta eso el espíritu del premio, está dentro de la intención misma a la hora de crearlo?
Para responder a eso hemos de ir al segundo párrafo de la convocatoria:
Asimismo, la citada orden establece que los premios nacionales se otorgarán como recompensa y reconocimiento a la meritoria labor de los galardonados en cada uno de los ámbitos culturales, puesta de manifiesto a través de una obra o actuación hecha pública o representada durante el año previo al de cada convocatoria.
La clave está en la fórmula «hecha pública». En este mundo global nuestro ¿qué significa «hacer público»? ¿Que un trabajo haya sido publicado con anterioridad en cualquier otro país del mundo cuenta como «hecho público» en el nuestro? Pues a tenor de cómo se ha ido interpretando ese aspecto en varias de las convocatorias anteriores se puede asegurar que se considera que una obra es «hecha pública» en España cuando cumple el tercer requisito que se exige, es decir, que la primera edición en nuestro país se haga en el año anterior.
Ejemplo práctico 2
Sara y Alberto firman un contrato con una editorial francesa para lanzar un cómic en Francia, Suiza y Bélgica que se lanza al mercado en el año 2021. Ellos lo hicieron en catalán porque es la lengua en la que hablan siempre y no se sentían cómodos haciéndola en ninguna otra.
Para poder lanzarla en el mercado suizobelgafrancés, la editorial contrató a Raffaela, una traductora de un barrio popular de Nápoles que habla diecisiete idiomas y vive en un barrio popular de Marsella.
En aquel enero de 2021, coincidiendo con el Festival ese que todo el mundo conoce, la obra se estrena y ¡PUM! melocotonazo inmediato.
La autoría del cómic que podías comprar en aquel momento es hispanoitaliana. Hispana por parte de Sara y Alberto e italiana por parte de Raffaella. ¿Hay algún rastro de autoría francesa, suiza o belga? Ninguno.
Tras el éxito cosechado por la obra, una editorial española se hace con los derechos para publicar la obra de Sara y Alberto en España y la lanzan en 2023. ¿Podría esa obra optar al Premio Nacional de cómic 2024?
Depende.
Opción A: la editorial obtiene los archivos de la obra directamente desde la editorial y traduce al español desde la traducción hecha en su momento por Raffaella.
En ese caso la respuesta es: NO.
Sintiéndolo mucho por Sara y Alberto en ese caso se incumpliría el primer requisito para optar al premio, ese que dice que la autoría debe ser cien por cien española.
Opción B: a pesar de que la editorial obtiene los archivos desde la editorial francesa, contactan con Sara y Alberto para obtener e incorporar los textos originales.
En ese caso la respuesta es: SÍ.
¡Enhorabuena, Sara y Alberto, sois candidatables al nacional!
Revisemos los requisitos: ¿Son Sara y Alberto españoles? Eso pone en su DNI. ¿Crearon la obra en alguna de las lenguas oficiales? Así es, en catalán. ¿Es la primera edición española del año 2023 y por tanto se hizo pública en España en el año anterior a la concesión del galardón? También.
Y así podría tirarme seis semanas, pero me temo que ya se entiende genial con esos dos ejemplos.
Los requisitos que establece la convocatoria están ahí y son prácticamente idénticos año tras año. Y la realidad sigue siendo igual de tozuda también año tras año y es que da igual qué obra se lleve el premio, no pasarán ni dos horas y alguien saldrá a decir que es inmerecido porque… patata.
Esa es nuestra estructura circular perpetua: el día de la patata.