Hace unos días empecé a construir mi primera baraja de recursos narrativos porque siempre que he manejado alguna he terminado echando en falta algún elemento concreto y, por encima de todo, por pura y absoluta diversión.
Pero, espera un momento, ¿qué es eso de una baraja de recursos narrativos? ¿eso qué es lo que es? ¿sirve para echar partidas de blackjack en un casino de Las Rozas? Vale, sí, toda la razón, creo que lo mejor será empezar por el principio…
¿Qué demonios es una baraja de esas?
El mundo de los tropos, estructuras, conflictos, motivaciones, emociones, arquetipos y demás recursos narrativos es prácticamente infinito. Hay webs como la fabulosa tvtropes o libros como el megatocho «Diccionario de recursos narrativos» que han hecho un esfuerzo inconmensurable por tratar de recopilarlos, pero es sencillamente imposible.
Si uno entrase en una ferretería que tuviese expuestas todas y cada una de esas herramientas, harían falta tres o cuatro murallas chinas para albergar todas las estanterías. Ahora bien, la gran mayoría de nosotras tiene a su disposición una pequeña cajita con sus destornilladores, unos alicates, una llave allen, un martillo y una serie de tornillos y clavos que fueron pasando de generación en generación y que jamás sabremos de dónde salieron en realidad.
Una baraja de recursos narrativos es exactamente eso, esa pequeña caja de herramientas más o menos habituales y que nos pueden servir para construir, reparar, pintar, quitar, pelar, atornillar, golpear, lijar, limpiar, pulir…
Nos pueden servir para organizar la estructura de una trama, nos pueden servir para poner los cimientos de la construcción de un personaje, para generar un marco mental en el que movernos o para mezclar conceptos de forma visual.
Pero sobre todo nos sirve para jugar, porque no nos olvidemos, escribir debe divertirnos siempre, en el momento en que deja de hacerlo es mejor pararse a pensar.
¿Qué incluye esta baraja?
Pues nada más y nada menos que 200 cartas organizadas de la siguiente forma:
22 tarjetas naranjas de estructura que incluyen la clásica y el viaje del héroe
9 tarjetas verdes con los tipos de conflicto de Carme Font
31 tarjetas rosas con las funciones de Propp
20 tarjetas azul claro con las tramas maestras de Roland Tobias
12 tarjetas amarillas con los arquetipos de Jung
9 tarjetas lilas con los diferentes eneatipos
4 tarjetas con los personajes de colores de Clara Peñalver
23 tarjetas azul oscuro con diferentes tropos
20 tarjetas verde oscuro con emociones que buscar en una escena
23 tarjetas marrones con diferentes motivaciones
18 tarjetas moradas con diferentes géneros
5 tarjetas negras con tipos de villano
4 tarjetas rojas de la estructura kishotenketsu
¿Y esto cómo se utiliza?
No hay manual de instrucciones. Esto es una caja de herramientas. Están ahí, haz con ellas lo que quieras, lo que puedas o lo que necesites. No se trata de que las ordenes de una forma concreta o que sigas este o aquel patrón. No, solo están ahí para que tú misma seas quien encuentre un sentido.
Muchos de los conceptos que manejan ya los conocerás, puede que otros te parezcan nuevos y no los entiendas del todo. Genial, es el momento de investigar, de probar, de conocer.
¿Puedo conseguir yo una baraja como esta?
Puedes. De momento solo he encargado una que me llegará a fin de mes para ver el resultado impreso, ajustar algunos detalles y demás. A partir de ahí abriré un plazo de unos días (iré avisando por redes a la gente que ya me ha escrito y a la que lo haga a partir de aquí) y encargaré las que me pidan.
Eso sí, es cara. Muy cara. Pidiendo solo una cuesta 56 euros y, a medida que se vayan pidiendo más, el precio se va ajustando. Y a eso hay que sumar los gastos de envío y blablabla. Eso quiere decir que ahora mismo no te puedo decir (ni a ti ni a nadie) cuál es el precio final porque todo va a depender de cuántas se quieran encargar. Pero vaya, que yo no voy a sacar ni un céntimo de todo esto, si la quieres te va a costar el precio de imprenta más los gastos de envío, si pedimos 20 serán más baratas que 10 y si pedimos 10 serán más baratas que 3.
Una vez que se haga el primer pedido, pasará mucho tiempo (puede que todo el tiempo) hasta que vuelva a pedir más.