El día 18 de enero de 2024 ya forma parte de la Historia del cómic nacional.
Ese día vio la luz el Libro Blanco del Cómic español elaborado por la Sectorial del Cómic y financiado por la Dirección General del Libro, el Cómic y la Lectura y por Acción Cultural Española.
Dicho así, mucha gente podría preguntarse qué es exactamente el Libro Blanco, para qué sirve o cómo va a afectar a la industria viñetera. Todas ellas son preguntas excelentes y ahora mismo no voy a contestarlas, porque no es el momento ni el lugar.
Si hubiese que explicarlo en muy pocas palabras, el Libro Blanco del Cómic es una herramienta necesaria. Es un informe sobre la realidad del noveno arte nacional en un punto muy concreto de la historia y, a partir de ahí, se podrá tomar como referencia en cualquier otro momento para saber si la situación ha mejorado, ha empeorado o se ha mantenido estable.
Como decía más arriba, no es el momento de valorar si el libro dice que estamos bien, que estamos mal o que estamos regular. El hecho es que lo dice. Y lo dice en un documento riguroso, trabajado, minucioso y que ha querido tener en cuenta el crisol de sensibilidades que conforman todo el ecosistema.
Seguro que habrá quien hubiese preferido otro enfoque, otra perspectiva o que arrojase o mostrase los datos de otra forma. Seguro que sí. Y para ampliar, añadir, comentar o completar siempre hay tiempo.
Ahora bien, no nos engañemos, este es un trabajo arduo, extremadamente complejo en su coordinación y serio. Y el que diga lo contrario miente. Sin más.
Hoy ya digo que no es momento de ponerse analítico ni entrar al detalle. Tan solo quería resaltar cinco elementos que convierten al Libro Blanco del Cómic en España de la Sectorial en una herramienta útil, necesaria y, no me canso de repetirlo, histórica.
Vamos allá:
1.- Por cómo está hecho
De un modo u otro en su elaboración han participado hasta 650 profesionales. Repito. 650 entre autoras, editoriales, divulgadoras, libreros… El valor de la muestra es amplio y, sobre todo, es representativo de la realidad.
Pero no solo importa el cuánto, tiene mucha importancia el cómo. Y aquí voy a hablar del apartado en el que estuve involucrado: la recogida de datos acerca de la situación de las autoras en España.
Se constituyó un equipo de trabajo conformado por gente de todas las asociaciones que quisieron formar parte del proceso. Se elaboró un primer borrador del cuestionario. Se le fue dando forma hasta llegar al definitivo a través de varias reuniones y documentos cruzados.
Se trataba en todo momento de que las preguntas fuesen muy claras y que sirviesen para mostrar la realidad social y económica del colectivo.
Se añadieron cuestiones sobre la salud física y emocional de los autores y se trató de cubrir todos y cada uno de los aspectos más relevantes.
Con la ayuda de la consultora IECOM se fue revisando pregunta a pregunta porque puede parecer que algo así es sencillo, que basta con lanzar una encuesta al aire, pero no, si se quiere rigor en las respuestas se debe ser riguroso en las preguntas.
Después tocó insistir, insistir, insistir y volver a insistir para que los compañeros de profesión, asociadas o no, cubriesen el cuestionario. Meses de trabajo para conseguir la recogida y que la consultora aplique sus fórmulas y ofrezca resultados fiables.
Así que, por más que alguien pueda pensar que este trabajo está hecho de tal o cual manera, hay algo muy sencillo para conocer la realidad: preguntar.
2.- Por lo que representa y lo que ha ocasionado a nivel institucional
Además de por cómo está elaborado el libro blanco, hay que fijarse mucho en el qué ha conseguido durante toda su creación y en el momento mismo de presentarlo.
Recordemos: el Libro Blanco del Cómic en España es un proyecto de la Sectorial del Cómic financiado por la Dirección General del Libro, del Cómic y de la lectura y por Acción Cultural Española.
Dicho de otro modo: está financiado con dinero público por un departamento dependiente del Ministerio de Cultura.
Insisto: el Ministerio de Cultura de España ha metido dinero en financiar un análisis muy completo y muy complejo del ecosistema comiquero nacional. Esto es importantísimo a nivel institucional por lo que supone de interés y de apoyo a nuestro sector que había pasado siempre desapercibido o directamente había sido ninguneado.
Si a eso le sumamos la presentación en el propio ministerio, y que el ministro durante su intervención anunciase ayudas para la creación de cómics o que, un día más tarde, el Presidente del Gobierno se haya reunido con una delegación que le presenta el informe en persona, pues en fin… Creo que no hace falta explicar mucho más.
¿Alguien recuerda algo remotamente parecido con Rajoy, con Zapatero, con Aznar, con Felipe González, con Suárez? ¿Algo parecido con alguno de todos los ministros de cultura que han desfilado por el cargo en los últimos cuarenta años?
De ahí que se emplee la palabra histórico.
3.- Quedan muy claras varias realidades problemáticas…
Ya he comentado que este no es un post para entrar al detalle de los datos. Hoy solo se trata de comentar por qué es tan relevante que exista un espacio que los recoja.
Y lo es porque en un solo documento y, sin que cada uno haga la guerra por su lado, se habla de la precariedad predominante entre las autoras de cómic. Ya no es algo que se comenta por ahí, se bajan a la tierra los datos.
En el año 2021, un 64 por ciento de las autoras no llegó a percibir ni tan siquiera el salario mínimo interprofesional por su actividad en el mundo del cómic. Pero cuidado, porque un 33 por ciento no obtuvieron ni siquiera 1 000 euros por su actividad y otro 30 por ciento se quedó entre 1000 y 10 000, es decir, por debajo del umbral de la pobreza.
Pero no solo eso, también se habla de que más de la mitad de las autoras de cómic en España, un 55 por ciento, ha experimentado algún tipo de dolencia psicológica y, dentro de ellos, hay más de un 20 por ciento que no han podido acudir a terapia o por falta de medios o por falta de tiempo.
Además de todo lo concerniente a la parte autoral, también hay una serie de palabras clave que uno puede encontrar durante su lectura: la sobreproducción o saturación del mercado, el problema de las ventas digitales o las preventas, la falta de implementación del cómic en las aulas, el incremento de los costes de producción, las devoluciones…
Que todo ello (y mucho más) esté recogido en un solo documento tiene un valor espectacular que sirve para comprender bien casi todas las patas de la industria.
4.- … Y se ponen sobre la mesa propuestas para solucionarlas
Pero no se queda ahí. Si hay algo que convierte en útil y necesario al Libro Blanco es que no solo muestra los datos, también ofrece una serie de propuestas para atajar todos esos problemas. Objetivos en común, pero también posibilidades de mejora lanzadas por cada uno de los agentes por separado.
Así, además de hablar del estatuto del artista, también se habla sobre el derecho de remuneración adecuada y proporcionada, se reclama mayor transparencia en la trazabilidad de la cadena del cómic o se piden ayudas por la parte autoral.
Asimismo, se pide una regulación de la venta en línea desde las librerías o ayudas para la visibilización y la internacionalización desde las editoriales.
Y eso, una vez más (a pesar de resultar cansino), entre otras muchas cosas.
5.- Tiene un apartado involuntariamente irónico que también refleja la realidad
Si todo lo citado hasta ahora fuera poco, aún queda un punto un tanto irónico.
Siempre que hay ocasión de juntarse en eventos a hacer debates entre las diferentes partes del sector siempre se escuchará decir a alguien: «deberían estar también las distribuidoras, nunca vienen».
Eso es casi un mantra. Un hecho habitual y continuado en el tiempo.
Por eso no deja de tener su gracia que la parte dedicada a la distribución dentro del Libro Blanco empiece diciendo: «DISTRIBUCIÓN, EL ESLABÓN INVISIBLE», se continúe con un «en este Libro Blanco no se ha podido llevar a cabo un estudio exhaustivo de las empresas de distribución españolas» y se vaya poco más abajo hasta «la labor de las empresas de distribución suele ser una gran desconocida para gran parte del ecosistema del cómic, empezando por el público y parte del tejido autoral. Es una labor invisible».
Cierto. Invisible, sí.
En fin, como ya dije, siempre hay tiempo de ampliar, comentar y completar.
Todas las citas y datos están sacados del «Libro Blanco del Cómic en España (2024), elaborado por la Sectorial del Cómic».
Deberíamos celebrarlo y, en el momento justo después de que se rebaje un poco la euforia, tocará ponerse a currar. Hay mucho por hacer y ahora tenemos una muy buena herramienta para hacerlo.