Saltar al contenido

Herramientas básicas: el dossier de venta

Ha llegado uno de los días más temibles desde que empecé Escribiendo Cómics, hoy toca hablar de los (malditos) dossieres de venta. Es posible que ya tengas una ligera idea de a qué me estoy refiriendo, pero nunca está de más, sobre todo si estás empezando, que repasemos un poco por si acaso.

Un dossier de venta es un documento generado con una doble intención. La primera es informativa: mostramos las partes más importantes de un proyecto, algunas consideraciones técnicas, datos de contacto y estado de la obra.

La segunda es comercial: destacamos sus puntos fuertes, escondemos los débiles e intentamos ser concisos en cuanto a las intenciones de la obra se refiere.

Antes de seguir con una explicación más al uso, me gustaría poner el foco sobre una serie de cuestiones fundamentales que tienen que ver con todo el juego de compra y venta de proyectos de tebeo porque lo considero muy necesario:

Si nadie te ha pedido que pongas en marcha el proyecto estás trabajando con un «proyecto no solicitado» y eso tiene un impacto muy importante sobre las posibilidades comerciales de la obra y sobre la fluidez de la comunicación. Es posible que una buena parte de editoriales ni siquiera lleguen a responderte nunca y varias de las que lo hagan se saquen de encima tu propuesta con una frase rápida. Si tienes cierta edad recordarás que antes iba gente a tu casa para tratar de venderte una enciclopedia o una suscripción al círculo de lectores. ¿Cuántas compraste? ¿Cuánta gente conoces que las comprase? Seguro que alguna, pero ¿en qué porcentaje?

Si es la editorial la que te ha pedido una propuesta al modo de «me gustaría que hicieses un cómic sobre la importancia del murciélago en Madagascar» debería quedar muy claro en la conversación qué es exactamente lo que necesita para hacer la valoración y, por supuesto, debería pagar por ello.

Si el encargo es mucho más preciso, del tipo «quiero que adaptes esta novela», ahí ya es innecesario del todo un dossier como tal, bastará con mostrar alguna página (o puede que ni eso) para ajustar algún tipo de cuestión estética y a volar.

Dicho esto, empecemos con la parte más técnica de todo esto. Vamos a fijarnos solo en la primera de las opciones, es decir, queremos preparar un dossier de venta para un proyecto propio que no ha sido solicitado por ninguna editorial (y para el que ya tienes dibujante si es que eres guionista).

Nota: antes de continuar (perdón por tanta interrupción), si resulta que eres guionista y te han dicho varios cientos de veces que es imposible vender un proyecto si no tienes un dibujante, debes saber que esa información es completamente falsa, claro que se puede, todo dependerá de lo atractivo que sea el proyecto y de encontrar la editorial apropiada.

Vamos allá.

¿Qué incluye un dossier de venta?

Para que no quede desperdigada la información a lo largo de todo el texto, creo que es importante hacer un mini listado de material necesario y otro de material optativo para después desarrollar bien cada uno de los aspectos por separado.

Un dossier de venta de un proyecto de cómic debería incluir:

Una portada

El pitch de la obra

Unas cuantas páginas acabadas

El argumento resumido

Información técnica

Datos de contacto

Y de manera opcional:

Diseños de personajes y escenarios

Partes del proceso

Portada

No se trata de que sea la portada definitiva que quieres que llegue a las estanterías, pero sí que debería ser una buena portada ya que va a ser la primera imagen referida a la obra que va a ver quien reciba la propuesta.

Uno de los errores más clásicos en las portadas es que haya un cambio de estilo muy notable con respecto a las páginas.

Otro es que esté mal diseñada, con tipografías muy cutres, sin los nombres de las autoras o con faltas de ortografía.

Nota 2: lo de las faltas de ortografía sirve para todo el texto del dossier. Se puede colar alguna si es leve o claramente es un fallo al teclear, pero jamás debería haber ninguna grave. Demuestra de inmediato una falta total de interés y para algunos es incluso una falta de respeto.

Pitch

Tienes un artículo entero hablando de cómo construir un pitch y qué información debería contener. En cualquier caso deberías poner en el centro una palabra clave: reclamo.

El pitch debe resultar interesante, atractiva y dejar con ganas de querer saber más. Además, si vas a enseñar el dossier en alguna reunión o en una convención, es el texto que más veces vas a repetir ya que es lo que responde al «¿esto de qué va?».

A pesar de toda la teoría que puedas encontrar sobre la construcción de pitch interesantes solo existen dos recomendaciones importantes: no aburras a nadie y trata de transmitir entusiasmo por la obra.

La primera se refiere a que en un primer momento a nadie le interesa que le cuentes cada mínimo detalle de lo que ocurre en la trama. Vete al grano, solo a lo importante, deja el final en el aire y, si lo has hecho bien, te preguntarán cómo acaba o qué ocurre a partir de ahí.

La segunda es importante en los encuentros en persona. Puedes ponerte nerviosa, puedes balbucear, mostrarte tímida y demás, pero por favor, trata de no mostrate apática o excesivamente fría.

A partir de ahí, no hay reglas absolutas: lo que funciona, funciona.

Páginas acabadas

Esta es quizás la parte del dossier sobre la que más debate puede existir. Si bien todo el mundo coincide en que es importante incluir páginas con los acabados finales, no todos se ponen de acuerdo en la cantidad ni en cuáles deberían ser.

Sobre la cantidad hay varios factores que se van a tener en cuenta. El primero es tu experiencia. Si es tu primer proyecto es fácil que una editora quiera ver bastantes páginas. De algún modo necesita valorar tu compromiso con respecto al proyecto.

Pero cuidado con algunas trampas clásicas: es muy posible que te digan «me gustaría ver más páginas antes de tomar una decisión» y, si bien es lícito que quieran ver más, todo debería hacerse mediante un preacuerdo y, si de verdad existe cierto interés, pagar por esas páginas más que se solicitan.

Si ya llevas varios trabajos publicados no serán necesarias más de cuatro o seis páginas. Pero, cuidado de nuevo, porque las trampas clásicas también pueden llegar en forma de «me gustaría leer el guion completo antes de tomar una decisión» y, no, de ninguna manera. Escribir un guion puede alargarse durante varios meses, siempre debe hacerse con un contrato o un preacuerdo de por medio.

Si ya has trabajado mucho para una misma editorial o para varias, es muy posible que baste con un pitch, un argumento y unos pocos bocetos.

Sobre qué páginas incluir hay quien se decanta por ir directamente a las primeras páginas y quien prefiere escoger algunas páginas sueltas que reflejen diferentes escenarios, niveles de intensidad o personajes.

La primera opción tiene a su favor que una vez firmado el contrato ya se tendrá listo un lote de páginas y eso podría significar recibir antes el siguiente pago (si se ha pactado un cobro por lotes).

La segunda opción nos permite mostrar las partes más atractivas de la obra, pero también es posible que después queramos rehacerlas, sobre todo si pertenecen a partes muy avanzadas.

Nota 3: puede que no le des el valor que realmente tiene, pero no olvides jamás que la rotulación es fundamental y es uno de los detectores más evidentes de amateurismo en una propuesta. Cuida los bocadillos siempre.

Argumento

Se trata de contar la historia de principio a fin, de forma resumida y, sobre todo, sin aburrir a nadie. Seamos sinceros: esto es un horror escribirlo, puede ser la parte más tediosa de todas, supone arrancarle el corazón y las tripas al tebeo para convertirlo en unos cuantos párrafos que jamás van a condensar la verdadera naturaleza de lo que se quiere hacer.

Y aun así es algo bastante necesario. Pero, seamos sinceras otra vez: en un noventa y cinco por ciento de las ocasiones, la lectura del argumento (si es que sucede) suele hacerse en diagonal.

En cualquier caso, deberíamos tomárnoslo como un ejercicio de síntesis, como una forma de organización y como una manera de resaltar solo lo imprescindible y eso, a la larga, podría venirnos especialmente bien a la hora de enfrentarnos a la escritura final del tebeo.

Ahora bien, como decía en otro artículo, yo suelo trabajar con escaletas y, algunas veces, las incluyo directamente en el dossier. Con el paso de los años he aprendido que los argumentos se quedaban cojos y que muchas veces me pedían algún otro documento para comprender bien la historia, así que he optado por meterlas a calzador.

Eso me ha enseñado algo: ahora hago escaletas más cortas.

Puedes leerte este artículo si quieres saber más sobre la construcción de una escaleta para tu proyecto.

Información técnica y datos de contacto

Si quieres que una editorial sepa bien cómo valorar tu dossier, tiene que saber el número de páginas que tendrá el cómic una vez finalizado, en qué género se puede meter, a qué público va dirigido y, sobre todo, cuál es el formato de la página.

No es lo mismo imprimir 46 páginas a color del tamaño de un álbum francés, que 180 en blanco y negro para un tomo de manga.

Aunque parezca una obviedad deberías acompañar esa información con alguna forma de contacto. Basta con un correo electrónico, un número de teléfono y tus redes sociales. No pongas tu dirección postal, no creo que nadie vaya a enviarte un telegrama para aceptar tu propuesta.

Diseños de personajes y escenarios

Aquí ya entramos en la parte del dossier que es más bien opcional. Añadir diseños puede estar muy bien y ayuda a la editorial a hacerse una idea más completa del universo y el ambiente que estamos proponiendo, sin embargo hay que tener cuidado con algo: lo que queremos publicar es un cómic, el mayor esfuerzo de todos debe estar siempre volcado en las páginas.

Por mucho que tengamos unos diseños hipercurrados, no vamos a conseguir nada si después todo ese trabajo no se ve reflejado en las viñetas de forma constante. Por eso, si vas a incluir esas fichas de personaje, ten en cuenta que, por encima de cualquier otra consideración, tu proyecto lo van a vender las páginas.

Partes del proceso

Dentro del campo de lo opcional en un dossier también tenemos cualquier parte del proceso. Hay quien incluye lápices, story, tintas, fases de color, alguna escena del guion…

Insisto, puede estar bien en un momento determinado, pero en realidad no es un gran aporte si no va acompañado de unas grandes páginas y un pitch que aporte una buena dosis de reclamo.

¿Hay que incluir algo más en el dossier de venta?

En principio no es necesario, aunque cabe la posibilidad de añadir una biografía artística (cada vez más en desuso si mantenemos cierto equilibrio en nuestras redes sociales o tenemos un sitio web), una memoria explicativa del proyecto o, si te vas a dirigir al mercado francobelga, suelen ponerle ojitos tiernos a una buena nota de intención.

Herramientas que te vendrán bien para elaborar tu dossier de venta

Es más que probable que caigas en varios errores que todas hemos cometido cuando montábamos nuestras primeras propuestas.

El primero es que trates de maquetarlo sin tener demasiada idea de cómo ordenar el contenido o cómo hacerlo medianamente atractivo (o que al menos no quieras sacarte los ojos cuando lo veas). Para ello puedes acudir a webs como Canva que te permitirán realizar un diseño para salir del paso de forma sencilla e intuitiva.

El segundo es que tu dossier tenga un peso muy grande. En cuanto pase de los 10mb ya te estarás metiendo en un problema para enviarlo mediante correo electrónico sin problemas. Si quieres reducir el tamaño de tus imágenes sin pérdida de calidad puedes utilizar Caesium. Si lo prefieres también puedes tratar de comprimir el archivo mediante webs como ilovepdf (aunque aquí la compresión sí que ocasionará alguna pequeña pérdida de calidad).

Resumiendo

La parte comercial de hacer tebeos suele ser la más odiada por las autoras, por su complejidad, por lo difícil que es manejarse entre cifras, negociaciones, contratos y leyes y por todo lo que incluye en cuanto a convertirnos en vendedoras de nosotros mismas y de nuestras obras.

Por desgracia, saber manejarnos en esta faceta de la industria es completamente necesario y elaborar dossieres forma parte de la ecuación.

Con un buen pitch y unas buenas páginas todo lo demás pasa inmediatamente a un segundo plano, pero no lo descuides, todos los detalles cuentan.

Puedes encontrar dossieres de venta reales en nuestra sección de biblioteca, verás que muchos de ellos son diferentes, pero la mayoría incluyen más o menos la misma información y la organizan de forma similar.