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6 tipos de rechazo editorial

Mucho se está hablando en los últimos días de una respuesta editorial un tanto controvertida: un autor ha recibido un escueto mail en el que una editorial (de la que no ha trascendido el nombre) le rechaza una propuesta por no contar con un número “suficiente” de seguidores en redes sociales.

La verdad es que esto me parece un tanto rídiculo porque, a ver, si uno tiene medio millón de seguidores, quien sobra en la ecuación es la editorial…

En fin, que esto me ha animado a hacer un ránking con las mejores respuestas que he recibido a la hora de que alguien me rechazase un proyecto.

Voy a ordenarlas de menor a mayor, la primera es la más normalita y la última es la más ¡PERO QUÉ COÑO ME ESTÁS CONTANDO!

Eso sí, que nadie quiera ver en este texto un ataque ni nada parecido, mi intención no es más que acostumbrar a las maravillosas lectoras de esta web a incorporar el fracaso como algo más, algo común y, en ocasiones (puede que demasiadas) como algo estrambótico y un tanto surrealista.

6.- NO ENCAJA EN NUESTRA LÍNEA EDITORIAL

Esta es la reina indiscutible de las respuestas de rechazo editorial. Todos la han utilizado alguna vez, es más, en mi breve vida de editor que apenas duró un año, reconozco haberla empleado y eso que, atención, sorpresa, no teníamos ni puta idea de cuál era nuestra línea editorial.

Sabes cuando alguien usa tanto una palabra que acaba perdiendo valor e incluso significado. Sí, ya sabes, lo que ocurre con palabras como fascista o como cuñao, que de tanto repetirlas ya nadie sabe lo que quieren decir. Eso es esta frase. De hecho me ha pasado que alguien la ha empleado conmigo para referirse a un proyecto que acabó por publicarme meses después.

Eso sí, puede que en muchas ocasiones “no encaja en nuestra línea editorial” no signifique exactamente eso, pero en el 95 por ciento de las veces significa: “lárgate de aquí y cierra la puerta al salir, ¿qué te crees, que esto es la beneficencia?

Las más mayores del lugar recordaréis algo que ocurría hace muchos años y ahora es poco más que un ser mitológico: los informes de lectura. Esas cosas eran un folio y medio en el que alguien que había leído tu propuesta con detenimiento se tomaba el tiempo de contarte sus aciertos, sus fallos, escribía unas conclusiones e incluso llegaba a firmar el documento a mano. A MANO.

Todo eso se ha sustituido por un triste, frío, desolador y gris: no encaja en nuestra línea editorial, te deseamos suerte en tu búsqueda.

Ay, la suerte, otro día os contaré qué opino yo de la suerte y de su madre.

5.- CUANDO TE LO PUBLIQUEN FUERA TE LO SACO YO AQUÍ

Como es sabido por todo el mundo, el mercado editorial del cómic en España es muy pequeñito, pequeñísimo, de hecho si metiésemos a todos los implicados en la industria en un palacio de congresos es posible que nos sobrase espacio.

Esto provoca que el dinero que se mueve para hacer cómics sea reducido y pone en bandeja este tipo de rechazo, el de: emigra, querida autora, ve a buscar fortuna en tierras más prósperas y cuando hayas obtenido un buen dinero vuelve y ya no te importará que yo te ofrezca una miseria por brindarte la posibilidad de que pueda leerte tu madre.

Son varias las veces que he obtenido esta respuesta y siempre se me queda la cara que se le debió quedar a toda esa gente a la que decían que fuese a hacer las américas…

4.- SI ME LO HUBIESES TRAÍDO HACE TRES MESES TE LO PUBLICABA DE CABEZA

Esta está muy relacionada con la respuesta de la “línea editorial” y más que ser negativa o esperpéntica demuestra una gran realidad: las líneas editoriales son algo cambiante y mutable que puede transformarse en cuestión de meses. Un editor no tiene por qué mantener sus gustos o sus preferencias o el target al que dirige todo su contenido.

No olvidemos que, por pequeño que sea, esto es un mercado y esto implica que quien maneja la mercancía pueda ir incorporando productos diferentes y probando nuevo material cuando considera que es el momento oportuno.

Esta respuesta, por mucho que nos pueda joder, es muy útil para entender cómo funcionan estas cosas y, además, nos ofrece una posibilidad muy jugosa: preguntar “¿entonces ahora mismo que andáis buscando?”.

3.- NO PUEDO PAGAROS LO QUE OS MERECÉIS

Esto es a la vez un halago y una negativa. Es un oxímoron, una paradoja, una contradicción en toda regla. Recuerda a esos amores imposibles de película: “me gustas, me gustas mucho, te follaría salvajemente aquí mismo, pero mira, mejor voy a pasar de todo y dejar que lo haga cualquier otra”.

Recuerdo muy claramente las tres veces en las que me dieron esta respuesta. Lo más curioso es que nosotros no habíamos partido de ninguna exigencia económica ni los editores habían puesto encima de la mesa ninguna cifra. Así que ¿cómo es que no podían pagarnos lo que “nos merecíamos”? ¿Alguien nos había preguntado cuánto queríamos? ¿Y si por culpa de un fuerte impacto frontal estábamos dispuestos a trabajar a cambio de un kilo de arroz y una bolsa de naranjas?

Entiendo que es una negativa elegante, pero en fin… no cuela.

2.- ME GUSTA MUCHO, SI CAMBIAS EL PROTAGONISTA LO SACAMOS

Hay ocasiones excepcionales en los que tu trabajo gusta muchísimo a una editorial. Salvo por un detalle. A veces puede ser una tontería, una nimiedad, no terminan de comprender un giro de la trama, no ven claro el tratamiento del color, les falla algún diálogo…

Todo eso es opinable, debatible y por supuesto se puede llegar a un acuerdo para modificarlo sin llegar a ningún drama. Sin embargo, hay otras veces en las que los cambios sugeridos van mucho más allá.

Dos veces fueron las que me pidieron directamente que cambiase el protagonista de una historia. O sea, el prota, ese personaje del que parte todo, la piedra angular sobre la que se cimenta toda la estructura de la historia.

Ninguna de las dos veces acepté ese cambio y la consecuencia casi inmediata fue el fin de la negociación, así que me temo que la historia no gustaba tanto y todo formaba parte de una “prueba de fuego”. Algo así como cuando no quieres aceptar un encargo porque no te apetece lo más mínimo y pides una cifra astronómica sabiendo que te la van a rechazar.

1.- LA PROTAGONISTA NO ES LO SUFICIENTEMENTE SEXY

Reconozco que este rechazo fue tan raro y tan estrambótico que todavía me dura el asombro. El editor, director de una editorial de contenido infantil y juvenil de corte fantástico y aventurero, nos pidió directamente que hiciésemos más guapa a la protagonista. La chica en cuestión no terminaba de gustarle por llevar el pelo corto.

Nos quedamos perplejos, claro, así que le pedimos una respuesta un poco más detallada para tratar de comprender a qué se refería y fue explícito, terriblemente explícito: quería que los chavales se excitasen al verla y fantaseasen con ella…

Eh… bueno, digamos que corrimos muy deprisa sin mirar atrás.

Bola Extra: a veces te toca rechazar a ti.

Pues sí, por raro que parezca, a veces a quien les toca rechazar es a las autoras. Por mucho que te pueda el ansia por publicar tu preciado proyecto, ten en cuenta que NO TODO VALE.

Siempre va a haber editores que por desconocimiento o por tratar de hacer un negocio redondo te ofrezcan contratos con condiciones muy mejorables o un poquito ilegales.

Ten cuidado con esto. Infórmate bien de lo que se puede y lo que no se puede poner en un contrato, de cuál es el contenido mínimo que debe contener y de todo lo que es negociable.