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5 maneras de dar amor a tu guionista

dar amor a tu guionista

Me encantaría creer que los guionistas somos seres de luz pura y que estamos más allá del dolor y del padecimiento. Pero no, por desgracia no es así, al igual que el resto de los mortales estamos sometidos a toda clase de pesares y, algunos de ellos, son característicos de esta profesión tan bonita que tenemos.

Somos muy propensos a la soledad, a la inseguridad, a caer en episodios de ansiedad y somos muchos los que sufrimos el síndrome del impostor.

Ser guionista supone asumir que siempre vas a tener que trabajar en equipo. Tendrás que hacer piña con dibujantes y con editores como mínimo para llevar a cabo tus proyectos y en el día a día surgirán roces y problemas que solucionar.

Hoy en EC nos gustaría hablarte de una serie de cosillas que podrías hacer si quieres que la relación con tu guionista sea lo mejor posible. Un guionista feliz te garantiza un torrente de ideas maravillosas.

Tanto si eres dibujante como editora toma nota, esto te puede venir muy bien:

Lee lo que te pase

Parece absurdo. Diría incluso que parece muy absurdo tener que recordarle a la gente que debería leerse el material que le pasa su guionista. Pues desgraciadamente muchas veces ocurre que pueden pasar semanas e incluso meses antes de que la gente se lea lo que les pasamos.

No se trata de leerlo en el momento exacto en que te lo envía, ni siquiera esa misma semana, pero me he llegado a encontrar con casos en los que se me han pedido correcciones a textos enviados seis meses atrás. Seis meses. Medio año. Ni siquiera tenía muy claro de qué me estaban hablando.

Por favor, si estás trabajando con un guionista y, a pesar de que no puedas ponerte a dibujar el guion enseguida, saca unos minutos para hacer una primera lectura rápida, aunque sea para comprobar que el grueso de lo que te envía te agrada o se parece a lo hablado previamente. Si no lo haces y después pasan meses, harás que tu guionista mantenga ese «diálogo creativo» con un nivel de desgana muy elevado.

Si eres un editor y el guionista se empeña en que te vayas leyendo el guion poco a poco, hazle caso, puede que tenga muchas dudas y que le vengan bien algunos consejos. Pero sobre todo trata de evitar situaciones del tipo «me gustaría hacer un cambio en la página 62» cuando te han pasado esa página hace 36 semanas.

Y recuerda: si has recibido un dossier del proyecto en un primer momento, ya tienes en tu poder una sinopsis y un argumento completo que destaca los puntos fuertes de la obra, así que no es necesario que lo vuelvas a pedir cada tres meses.

Déjale tener la última palabra en cuanto a la trama

Hacer un trabajo en equipo implica tener un diálogo y una negociación constantes en cuanto a tono, estilo, trama, personajes, etc…

Amado dibujante, sé que para conseguir ese estilazo que tienes, esos trazos tan poderosos, habrás invertido cienes y cienes de horas sentado frente a una mesa de dibujo hasta adquirir una técnica y una soltura increíbles.

Pues bien, tu querido guionista también ha invertido cienes y cienes de horas leyendo manuales, emborronando libretas, rompiéndose los cuernos, repasando estructuras y haciendo polvo el teclado de su portátil (y si no ha hecho todo eso, es mejor que se ponga a hacerlo).

A lo que voy con esto es a que este trabajo en colaboración se divide en dos apartados, el gráfico y el narrativo y, evidentemente, todo saldrá mucho mejor si ambos asumís responsabilidad en cuanto al resultado final, pero del mismo modo que tu guionista no cogerá nunca el lápiz para darle un toquecito final a tus dibujos, tú no deberías modificar aspectos del guion por tu cuenta. Déjale la última palabra, defiende con vehemencia tu postura siempre, pero a la hora de tomar la decisión final sobre algo que afecte a la trama, déjale llevar la voz cantante.

No te quedes al margen en la venta del proyecto

Suele ser muy habitual, casi una regla no escrita, que seamos los guionistas los que nos encarguemos de enviar los proyectos a los editores. A veces da la sensación de que una vez que el dossier está listo para empezar el baile, el dibujante se recluye en una habitación hasta que llegan noticias.

Recordemos algo básico: esto es un trabajo en equipo, una colaboración y la mayor parte de los contactos con editores se realizan a través de correo electrónico, así que no existe ninguna razón real por la que esa parte del trabajo (porque es un trabajo y requiere mucho tiempo y esfuerzo) caiga de un solo lado.

Y es que esta situación a veces es tan ridícula que nos lleva al siguiente punto:


No conviertas a tu guionista en portavoz para todo

Y cuando digo «todo» es todo. Mails del editor para hacer correcciones al dibujante. Mails del dibujante para preguntar cualquier cosa al editor. Mails del editor para que le pases las facturas de todo el equipo. Mails del equipo preguntándote cómo se hace una factura. Mails de reseñistas pidiéndote copias de prensa. Mails de organizadores de eventos pidiéndote el contacto de alguien de tu equipo.

Está claro que hay que saber y hacer de todo, eso nos enriquece como creadores y blablablabla, pero de verdad, señora editora, si quiere usted hacer una apreciación técnica que se refiere exclusivamente al trabajo del dibujante (como por ejemplo, esto un poquito más así o aquello un poquito más asá) conseguirá una comunicación mucho más fluida escribiendo directamente al susodicho.

Y bueno, querida dibujante, si necesitas algo del editor de carácter meramente técnico y en lo que la opinión del guionista no es para nada relevante, es mucho más rápido, práctico, útil y directo escribir directamente al susodicho.

Y todo esto no es por capricho, es por un bien generalizado para todo el equipo, ya que una comunicación directa sin intermediarios, regala lo más importante y necesario para todos en estas lides: tiempo.

No lo dejes tirado

Por favor, él nunca lo haría.

Evidentemente siempre hay causas de fuerza mayor o situaciones en las que manda más el dinero que cualquier compromiso adquirido y eso lo entendemos todos.

Pero no hay nada más frustrante que haber estado diseñando un proyecto, creando unos personajes, escribiendo una trama y puliendo todo a medias con alguien y que ese alguien desaparezca sin más. Así que, si te vas a marchar, no te marques un ghosting, sé un poco amable y jamás de los jamases utilices a nadie para que te sirva de trampolín, publicar un trabajo para tener algo que enseñar y después dejar a tu compi tiradito en una cuneta. Eso está muy feo.

Resumiendo

Cuida a tu compi de las letras, mímalo porque es un ser lleno de inseguridades y con una carga autocrítica muy elevada. Valora sus estudios y su formación tanto como la tuya, no le responsabilices de la venta de nada y no lo abandones como a mascota poco deseada.