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Una cuestión de Viñetas

Hoy me toca hablar un poco sobre la organización de eventos de cómic en España, pero antes de empezar me gustaría aclarar algo: desde el año 2016 participé en las dos ediciones que se hicieron de Boom Film & Cómic, las tres de Banda á Feira, las dos de Página 1, Viñeta 1 y en una de las tres de Bdra Gráfica. Sé lo que es formar parte de un evento amateur, de uno semiprofesional y de uno en el que todo el mundo cobra. Sé, por tanto, lo que cuesta que se impliquen las administraciones y lo rápido que se olvidan de un año a otro hasta el punto de que muchas veces toca retomar todo desde cero. También conozco las cifras en las que nos movemos en cuanto a coste de hoteles, viajes, cachés, comidas, montaje de exposiciones…

Aclaro esto antes de nada porque la gestión cultural, o más bien, la gestión cultural en el ecosistema comiquero, necesita siempre, sí o sí, del dinero público para subsistir por una cuestión fundamental: no genera tanto dinero como cuesta montar los saraos. Ni por asomo. Están muy lejos de ser rentables y los eventos culturales que quieren ser rentables solo pueden subsistir cobrándote entrada, cobrándole a los expositores o pagándolo con el dinero de todas. ¿Hay excepciones? Seguro que hay alguna, pero escasas, de esas que se pueden contar con los dedos de una mano.

NO SABES ADÓNDE QUIERO LLEGAR

Y no te culpo, llevo ya 200 palabras y ni siquiera he empezado a desarrollar. Tranquila, querida amiga, déjame rodear el asunto un poco más y te prometo que llegaré en algún momento a algún sitio.

A golpe de enero de 2024, un medio digital de la ciudad de A Coruña lanzaba esta mini nota informativa: https://noticiascoruna.es/vinetas-desde-o-atlantico-duplico-el-gasto-que-tenia-el-anterior-director-haciendo-uso-abusivo-de-los-contratos-menores/

El titular no deja lugar a dudas, el Viñetas pasó a costarle a las ciudadanas de A Coruña la nada desdeñable cifra de 200000 euros.

Aquí sería bueno hacer un alto en el camino. La anterior dirección, en manos de Miguelanxo Prado, abandonó el certamen después de un cuarto de siglo (que se dice pronto) entre otros motivos por la incapacidad de seguir manteniendo el nivel del festival con un presupuesto congelado durante años en 120000 euros.

Más allá de si a mí me parece o no que con esa cifra se pueden hacer maravillas, el caso es que al día siguiente de presentar su renuncia, el Concello desbloqueó el presupuesto aumentándolo de forma más que considerable.

Pero más allá de los números en bruto: ¿Qué decía exactamente esa pequeña nota en el digital herculino? ¿Cuál era el problema? El fraccionamiento de las cantidades y el «uso abusivo» de los contratos menores.

El Concello de A Coruña tiene a disposición de todo el mundo un portal de transparencia en el que se pueden consultar todas las adjudicaciones de dinero público: https://contratos.datos.coruna.eu

Con una búsqueda sencilla que incluya las palabras «Viñetas desde o Atlántico» se puede llegar al desglose de todos los contratos concedidos por la junta de gobierno relacionados con el evento. Si nos fijamos solo en cifras correspondientes a este mismo año, a 2025, podemos encontrar:

Cuatro contratos menores por valor de 14800 euros en conceptos de Dirección, Comisariado (estos dos para la misma persona), Coordinación de la Rúa da BD (es decir la feria comercial del evento) y la Asistencia a la Dirección.

Es decir, las diferentes labores de dirección y coordinación del evento suman 59200 euros. Más allá de si las cantidades son más o menos apropiadas (el SMI en 2025 está fijado en 16576 euros brutos después de 14 pagas y esto es un único pago (o dos) de 14800 después de impuestos) la cuestión sería: ¿son labores diferentes o estamos delante de un fraccionamiento que pretende evitar complicaciones en el procedimiento?

Si se bucea un poco más en las cifras se encuentra un presupuesto de 12000 euros para la campaña de redes sociales del evento. Y perdona, amiga mía, pero me voy a detener aquí un instante. Mi mujer, a la que quiero con locura, se dedica entre otras cosas a la gestión de redes sociales. Cuando le pregunté acerca de si ese presupuesto está dentro de valor de mercado respondió como corresponde a una muchacha criada en el entorno de las Rías Baixas: depende.

Una campaña con influencers, una campaña para una gran marca, una campaña que busca un fuerte impacto o que pretende incluso una internacionalización puede llegar a duplicar, triplicar o hasta quintuplicar esas cifras sin ponerse ni colorao. Ahora bien, ¿cuál es el alcance de la estrategia de redes del evento? Pues no lo sé, sin tener acceso a sus métricas solo podemos ver algunas cifras superficiales.

Actualmente su cuenta de Instagram tiene 4284 seguidores, la interacción de sus publicaciones no se puede ver de forma pública, pero sí que se puede hacer un recuento y apenas llega a los cien likes en los posts de los días fuertes del evento o en la presentación del cartel.

Otras partidas altas dentro todavía de 2025 las encontramos, por ejemplo, en una de personal técnico para las instalaciones de la Rúa da BD con 9820 euros o la de Auxiliares para la sala de exposiciones por 8700 euros (gente de seguridad, vaya).

También encontramos otra partida de 6100 euros para la creación de piezas audiovisuales para las actividades paralelas y las exposiciones. O 4000 euros para la Coordinación de Exposiciones, algo curioso porque ya habíamos visto una partida de 14800 para el comisariado de las mismas.

Es posible que yo sea un inmenso ignorante y piense que cuando te llevas casi quince mil euros por comisariar una exposición puede que parte de tu responsabilidad incluya coordinarla, pero… qué sé yo… ya digo que soy una ignorante.

De momento llevamos 99820 lereles y el evento no ha empezado. Hay que sumar 2000 euros para la ilustración del cartel: 101820. Y aquí me voy a detener solo un segundito más. Esa cifra en la edición de hace solo dos años era de ilustración + diseño: 5310 euros y el contrato fue adjudicado a quien hoy en día es director del evento. Es decir, si utilizamos cierta lógica nos vamos a 2000 euros por la ilustración y 3310 por el diseño.

Por el mantenimiento y actualización de contenidos en la página web del evento la cosa sale por 4362. 2000 euros por una actuación musical o 1487 para el control y la hospitalidad con los invitados (con otros 1000 más en la asistencia a ese control). 471 más para la presentación de un late show que, por cierto, otra paradita, en la edición anterior por la moderación de charlas en general (sin que se desglosen cuantas) la misma persona se llevó 1412 euros.

Antes siquiera de entrar en cuánto se llevan las invitadas, cuánto cuestan sus viajes, alojamientos, comidas, actividades y demás, el Viñetas 2025 ronda los 111000 euros, muy cerca de aquellos 120000 de los que hablaba antes.

¿Es eso un problema? En absoulto, quiero dejar clarísimo que yo no veo ningún problema en que un festival de tebeos gaste cientos de miles de euros antes siquiera de ver lo que cuesta que tenga autoras invitadas, solo faltaría. Cada uno es libre de plantear el modelo de festival que le dé la gana, presentárselo a las administraciones que considere y conseguir lo que crea necesario para cubrir bien los gastos.

La cuestión no es de cifras, es de si existe una fiscalización de esas cifras. Cuando varias de esas cantidades se van al mismo bolsillo en contratos diferentes ¿vigila la administración que efectivamente se cumplen esas funciones y están claramente diferenciadas como para fraccionar esos pagos? ¿Se comprueba desde la administración que todos los contratos entran dentro del valor de mercado? ¿Se contrasta con profesionales de cada ámbito para no estar pagando sumas elevadas por servicios que podrían conseguirse de forma mucho más económica a golpe de un par de clics?

El dinero público, el que sale de nuestros impuestos, es el que requiere de una mayor fiscalización y vigilancia. De nada sirve golpearse el pecho y anunciar a bombo y platillo los inmensos esfuerzos que hace la administración X por apoyar la cultura si después resulta que no se pone una lupa sobre cada céntimo con una rigurosidad extrema.

No parece tener mucho sentido que el procedimiento sea tan «simple» como presentar facturas de cinco cifras en concepto de X y que no haya nadie del otro lado que se pregunte: «un momento ¿cómo que X para Fulanito? ¿pero a Fulanito no le pagamos también X y X por otras cosas? A ver si la vamos a estar liando…».

Antes de que nadie ponga el grito en el cielo, yo desde aquí no estoy acusando a nadie de nada. Tan solo pregunto e insisto ahora y siempre: aquí cualquier responsabilidad recae sobre la administración que paga. Quien presenta un proyecto cultural y dice que cuesta tanto tiene toda la libertad del universo para fijar la cifra donde le apetezca, ya decidirá el pagador si lo acepta, si fracciona los pagos para poder saltarse determinados procedimientos o si lo saca a concurso público para encontrar ofertas mejores.

Todo esto es simplemente una reflexión que lleva a la cuestión de preguntarse si se están haciendo bien las cosas, si el festival, a pesar de costar el doble que antes está manteniendo el nivel que siempre tuvo y si hay alguien dentro de la administración con la lupa encima de cada céntimo porque, no lo olvidemos, sale del bolsillo de las ciudadanas.

Viñetas desde o Atlántico juega en las grandes ligas. Es posiblemente uno de los eventos más importantes del país y su reputación se construyó a lo largo de décadas de cuidar hasta el más mínimo detalle. Es por eso que es mucho más necesario ser escrupuloso, asomarse de vez en cuando a los portales de transparencia y preguntar, simplemente eso, preguntar cómo se invierte el dinero de todas para ver si se está aplicando la vigilancia necesaria y oportuna.

Mi deseo es que sigan existiendo todos los festivales posibles, en el caso que nos ocupa, al menos otros 25 años siendo un absoluto referente para todas las que amamos el cómic y, siempre que pueda seguiré acudiendo porque la ocasión lo merece. Eso no quita que al echar un simple vistazo en un portal de transparencia se me levanten las orejas y me entren ganas de preguntar.

Será que soy de naturaleza curiosa.

 

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