Desde que empecé a hacer tebeos siempre he tenido más o menos los mismos problemas.
Primero toca armar la historia, hacerla sólida, convincente, que parezca que puede ser un tebeo de verdad. Después me toca seleccionar una parte de esa historia y darle un buen acabado hasta llegar a tener lo que yo llamo: “las páginas que se pueden enseñar”.
Pongamos que tú ya tienes esas páginas.
Tienes un megaproyecto brutal de cyborgs asesinos que no pueden ser condenados por un tribunal porque no son personas. Tienes muy claros los personajes, los giros de la trama, un final de dejar la boca abierta y todo el conjunto tiene más sex appeal que Hugh Jackman y Michael Fassbender juntos.
Solo tienes un pequeño problema: no sabes dibujar. Y no me refiero a cuando un niño de tres años dice: no sé dibujar.
No, lo tuyo es peor, cuando tratas de dibujar un sol parece un perro y cuando quieres dibujar un perro parece un bosque arbolado.
Tu primera solución podría ser aprender a dibujar, pero… seamos sensatos, para el acabado que tú quieres es posible que tardases quince años yendo a clases y, vaya, no te conozco, pero estoy convencido de que no tienes tanto tiempo.
Asúmelo, es muy posible que seas un guionista. Solo un guionista. No pasa nada, se puede vivir perfectamente con ello. Al principio es duro, pero en cuanto te acostumbras a los macarrones de marca blanca y a las latas baratas de atún todo va como la seda.
¿Ya lo has asumido? ¡Bien! Ahora viene lo verdaderamente difícil: ¡necesitas un dibujante! pero… no tienes ni idea de por dónde empezar a buscar, ¿verdad?
No te preocupes, nos pasa a todos. En Escribiendo Cómics estamos para compartir tus penas y tratar de ayudarte, te recomendamos que sigas los siguientes pasos:
Trabaja bien el proyecto
Esta es la primera de las obviedades de la lista, pero si la comento es porque me he encontrado de todo en esta vida.
Si quieres que alguien dibuje tu historia no vale con tener cuatro notas mal escritas en una servilleta. No. Tiene que ser algo elaborado, que se vea que tiene trabajo detrás y que todo parece bien atado.
Por supuesto tiene que ser algo que pueda sufrir cambios y modificaciones, no estás escribiendo las Tablas de la Ley y, además, estás buscando a alguien que trabaje contigo no a alguien que trabaje para ti.
Imagina que tienes una entrevista de trabajo y cuando tienes delante a la responsable de derechos humanos solo consigues balbucear que eres muy bueno, que tienes unas ideas estupendas y que bailas muy bien cualquier canción de los años cincuenta. Es muy posible que no comprenda nada y te mande a paseo, ¿verdad?
Con esto pasa igual, así que ten esto muy presente: antes de buscar la colaboración de nadie, trabaja. Construye muy bien tu proyecto antes de pasar a la siguiente fase.
Haz un seguimiento por redes
Ya has conseguido armar una buena presentación de tu historia. Perfecto. Sabes que si alguien te pregunta cualquier cosa sobre él tendrás la respuesta precisa y la darás sin balbucear. Genial. Ahora sí que puedes empezar a buscar.
Pero ¿dónde están los dibujantes? ¿pululan por el éter o hay algún sitio en el que puedes buscarlos?
Bien, veamos, hoy en día es muy fácil encontrar dibujantes e ilustradores a través de redes sociales. Creo que las más importantes en este sentido son Facebook, Instagram y Pinterest. Cualquiera de las tres te permitirá ver el trabajo de miles de personas y de comprobar qué estilo tiene cada una.
Tienes un montón de grupos y páginas en los que puedes disfrutar el trabajo de un montón de gente. Como recomendación podéis pasaros por aquí, por aquí o incluso por aquí. También hay algunas comunidades específicas de dibujantes fuera de las redes como Dibujando.net en la que puedes rebuscar entre cienes y cienes de ilustradores.
Además existen en España distintas escuelas profesionales de cómic e ilustración como O Garaxe Hermético en Pontevedra, Escola Joso en Barcelona o ESDIP en Madrid. Muy a menudo hablan de sus alumnos y exalumnos en sus muros y si contactas con ellos con una propuesta seria y bien trabajada es posible que te pongan en contacto con alguno.
Eso sí, por favor, sé discreto. No vayas a lo loco dejando mensajes en el muro de nadie, utiliza un canal privado y procura no lanzar la misma propuesta a 25 personas a la vez, vete uno por uno y espera su respuesta. Y sobre todo, antes de nada sería bueno que te preguntases algunas cosas: ¿estás buscando algún estilo concreto? ¿quieres que tu cómic se parezca visualmente a algo que has visto antes? ¿te vale cualquier cosa con tal de que alguien dibuje tus cosas?
Cuando tengas esas respuestas podrás afinar más tu búsqueda. Ojo, trata de averiguar si los dibujantes a los que estás “investigando” ya están comprometidos con algún proyecto largo. La norma general es que no puedan llevar más de un proyecto al mismo tiempo, así que si ya están preparando algo es complicado que puedan compartir proyecto contigo a corto plazo.
Resumiendo: analiza estilo con respecto a lo que te gustaría que fuese tu proyecto, averigua si están libres y sé discreto.
Preséntate y explica bien qué es exactamente lo que quieres
A continuación llega la segunda gran obviedad de la lista.
Ya has seleccionado un dibujante de entre todos los de la lista. Sabes que estará libre en breve y que muy posiblemente quiera embarcarse en algo nuevo. Bien. Ya casi lo tienes. Es el momento de presentarle tu historia.
Hazlo bien, no cuesta nada ser educado. Da los buenos días y trata de escribir sin faltas de ortografía y con frases sencillas y coherentes. Es muy fácil hacer bien esta parte, no la cagues siendo maleducado o impertinente.
Explica tu historia en pocas líneas y deja muy claro qué es lo que quieres. Con preparar unas pocas páginas para un dossier (entre 4 y 6) tendrás más que suficiente para arrancar.
Adjunta algo más de información sobre el proyecto, pero sin abrumar. No le pases a nadie un archivo de 200 páginas en el que explicas el origen y el árbol familiar de cada personaje. Nadie se va a leer un tochaco y menos si no te conocen de nada.
Resumiendo: aquí te dejo una plantilla con huecos para rellenar:
Buenos días, ________(completar con el nombre del dibujante), me llamo ___________(aquí va tu nombre), soy guionista de cómics y estoy preparando un proyecto. Se trata de una historia de género cyberpunk de cyborgs asesinos que no pueden ser condenados por un tribunal porque no son personas. Llevo un tiempo siguiendo tu trabajo por __________(aquí pones la red o redes sociales) y creo que te podría interesar. Me gustaría poder armar un dossier que poder enseñar a distintas editoriales, entre ellas __________, ____________ o ____________ (rellena con nombres de editoriales en las que crees que encajaría el proyecto) y para ello necesitaríamos entre 4 y 6 páginas. Te adjunto un pequeño documento con algunos datos más sobre la historia por si te apetece echarle un vistazo, espero que te guste. Un saludo.
Pon un anuncio
Bueno, has intentado con tres o cuatro dibujantes y todos están muy ocupados. Vale, no pasa nada, no desesperes. Aún puedes poner un anuncio en alguna red social. Si vas a hacer algo así yo recomiendo que utilices Facebook y que te metas en algún grupo de gente interesada en crear cómics.
Personalmente recomiendo La Cantera (del cómic) ya que se creó con la función específica de poner en contacto a guionistas con dibujantes o con cualquier otro miembro necesario para la creación de tebeos (entintadores, coloristas, rotulistas…).
A veces estos anuncios resultan muy efectivos y otras pasan totalmente desapercibidos. La diferencia está en contar bien el proyecto o contarlo mal.
Si pones: “busco dibujante para una cosa muy guay, mandadme un privado”, es muy fácil que nadie te haga caso.
Cúrratelo un poco, venga, que no cuesta nada hacer las cosas bien.
Pon una pequeña sinopsis del proyecto, cuántas páginas necesitas para armar el dossier, cuál crees que es la duración completa del álbum, en qué fase tienes el proyecto y qué pretendes hacer con el dossier una vez que esté listo.
Resumiendo: no seas cutre, si quieres un buen compañero pon un buen anuncio que no deje lugar a dudas.
¿Pagar o no pagar? esa es la cuestión
Si hay un debate en el que me he visto encerrado una y otra vez es el de si los guionistas debemos pagar a los dibujantes para preparar unas páginas de muestra para las editoriales.
Es un tema espinoso en el que he consumido horas y horas de discusión en persona, a través de las redes y por correo electrónico. Mi conclusión siempre ha sido la misma: no, un guionista no debe pagar a un dibujante por preparar unas páginas de muestra.
Se supone que si el dibujante acepta participar en un proyecto es porque le gusta, porque ve que existen posibilidades reales de conseguir un contrato haciéndolo y porque le motiva lo suficiente como para dedicar muchisimas horas a afrontarlo.
Se trata de un compromiso que se adquiere en equipo. Ambos integrantes (o más si los hubiese) dedican sus esfuerzos y su trabajo con un objetivo común: que alguien pague una cifra razonable por continuar con el trabajo.
Cuando los guionistas presentamos proyectos a dibujantes no estamos haciendo un encargo, buscamos una colaboración, un compañero de aventuras que asuma una parte del curro para encargarnos nosotros del resto. No tiene sentido, al menos para mí, el estar pagándonos entre compañeros.
Acepta las negativas con deportividad y buenas maneras
Tercera obviedad de la lista.
Si alguien te dice que no, no lo insultes ni maldigas a sus seres queridos. Tampoco te pongas como loco a pedir explicaciones. No patalees ni mandes fotos de tus genitales. En serio, acéptalo y sigue buscando, si tienes un proyecto interesante y bien trabajado ya aparecerá un dibujante idóneo para él.
No te tomes estas cosas de modo personal, la gente no te odia si rechaza colaborar contigo, pueden existir muchas razones para no hacerlo y seguro que todas son perfectamente justas.
Así que no te desanimes y continúa. Despídete con buenos modos y desea suerte a los demás.
La paciencia es la madre de la ciencia
Pongamos que ya has encontrado dibujante. ¡Bien! ¡Lo has conseguido! Eso quiere decir que tienes una historia que le parece interesante al menos a alguien más. ¡Estupendo!
El problema es que te empiezas a impacientar.
Enviaste las páginas de guion hace 15 días, las discutisteis, quedaron claras y no has recibido nada. Nada de nada. Compruebas el correo, el messenger, tu buzón, el whatsapp y has ido a correos a preguntar si tienen algo para ti. No hay nada…
Te armas de valor y le preguntas al dibujante: “Hola, ¿cómo va todo?” y te responde cuatro horas más tarde: “todo bien, ¿qué tal tú?”.
Empiezas a hiperventilar, tú tienes claro que tu pregunta encerraba una intención clarísima: no quieres saber cómo se encuentra tu compañero, quieres saber qué demonios ocurre con las páginas porque ya han pasado ¡quince días!
Bien, tienes un problema, uno de los gordos y es muy frecuente.
Estás afectado por la ansiedad del guionista y es grave.
Recuerda el punto anterior: el dibujante es tu compañero, no es tu empleado. Dado que hacer las páginas de un proyecto conjunto no le va a aportar ningún ingreso inmediato, es muy posible que necesite un tiempo antes de ponerse a hacer las muestras.
Y aunque no fuese así: respira, el mundo no gira en torno a tu proyecto y a las ganas que tienes de enseñárselo a todo el mundo. El primer problema del guionista es la ansiedad, el segundo es la ansiedad y el tercero es el ego.
Padecemos de un ansia milenaria, casi legendaria.
Queremos ver las páginas terminadas en un par de días porque ya lo hemos planificado todo, vamos a mostrárselo a los editores y no tendrán más remedios que arrojarnos fardos de billetes al careto.
Espabila. No te alteres. Eso no va a ocurrir así que no te impacientes.
Es mucho más importante tener un buen proyecto que tenerlo rápido.
Si formas un equipo, cuídalo, respeta sus tiempos sean cuales sean y no presiones a nadie. La única presión importante es la de intentar hacer el mejor trabajo posible, todo lo demás solo aporta ruido, mal rollo y desmotivación.
¿Te gusta tu proyecto? Bien, entonces trátalo con mimo y eso incluye tratar bien a todas las partes implicadas. No presiones a nadie, solo obtendrás disgustos.
Escucha, dialoga, debate, mejora, perfecciona
Y llegamos a la última obviedad del día y la que resume un poco toda la búsqueda.
¿Quieres trabajar con alguien, verdad? ¿Estás buscando a alguien que se comprometa a llevar adelante una de tus historias, no? Pues prepara tu mente, tus ojos y tus oídos.
Es muy posible que el dibujante sugiera cambios en tu proyecto. Puede que quiera matizar algún giro, modificar parte de la trama, incluir alguna peripecia diferente o tratar la creación de algún personaje de un modo distinto. ¿Tienes que aceptar todo lo que te pida?
No, por supuesto que no, esto no se trata de una negociación sindical. Tienes que mostrarte dispuesto a escuchar, a dialogar, debatir, mejorar y perfeccionar tu historia de principio a fin. Piénsalo bien: vais a entregar un dossier con vuestros nombres en la portada, así que es importante que ambos estéis contentos al cien por cien.
Así que si lo que buscas es alguien que dibuje exactamente lo que tú quieres, sin aportar nada diferente ni personal y sin poder decir ni mu, es el momento de que valores si lo que buscas es un compañero o lo que en realidad quieres es hacer un encargo.
En ese caso es mucho mejor que prepares tu chequera y pienses en invertir una cantidad de tres o cuatro cifras.
Conclusión
Ahora ya lo sabes, aunque resulte obvio lo más importante antes de buscar un dibujante es tener muy claro lo que estás ofreciendo. Si lo encuentras, cuídalo como se cuida el amor verdadero y es posible que establezcáis una relación larga, duradera y llena de retoños. Combate la ansiedad, medita o sal a correr antes de ponerte pesado con los demás. Y, sobre todo, olvídate de dar órdenes a nadie. Crear universos fantásticos e historias fabulosas no te convierte en jefe de los demás.