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5 consejos para enseñar tu proyecto en el Salón del Cómic de Barcelona

tu proyecto

Se acerca una nueva edición del Salón del Cómic de Barcelona y con ella llegan los conocidos “encuentros profesionales”. Para quien no sepa de qué estoy hablando lo explicaré muy brevemente. Cada año, Ficomic (los organizadores) crean una zona dentro del salón destinada a que distintos editores internacionales puedan revisar dossieres de proyectos y realizar entrevistas de 15 minutos con los autores de los proyectos que más les gusten.

Se supone que el propósito fundamental de esos encuentros es comercial, es decir, allí se va a comprar y vender, aunque a veces ese objetivo se desdibuja por diferentes factores. En cualquier caso, creo que es muy aconsejable pasarse por allí si se tiene un proyecto en condiciones.

El funcionamiento de este sistema de entrevistas es muy sencillo: se habilitan unas cubetas a modo de buzones para cada editorial, se meten dentro los dossieres y, una vez por la mañana y otra por la tarde, se publican unas listas con los autores seleccionados por las diferentes editoriales para realizar una entrevista a puerta cerrada sobre el proyecto. Por si alguien tiene dudas puede consultar aquí.

Llevo asistiendo a esa zona desde hace seis años y desde entonces vengo observando algunos “errores” que creo que son fácilmente evitables, por eso me he venido arriba y he creado una pequeña lista de consejos para enfrentarse a estos encuentros.

Vamos allá:

No eches el dossier a todos los buzones

Si leísteis el decálogo maravilloso que escribió David Rubín sobre cómo presentar un proyecto a editoriales o si le echasteis un vistazo a este post, veréis que hay un punto coincidente muy destacable: “no envíes tu dossier a todo el mundo sin saber siquiera qué tipo de cómic publican”.

Pues si este consejo es válido cuando se trata de enviar uno de tus proyectos por correo electrónico, esto es lo mismo. Si en la zona de entrevistas están, por ejemplo, IDW y Dark Horse, no tiene mucho sentido que les presentes tu novela gráfica intimista de 300 páginas sobre el día en que decidiste hacerte arquitecto de auditorios municipales.

Ojo, no digo que tu proyecto no sea interesante, seguro que lo es, el problema es que tienes que saber dónde merece la pena enseñarlo.

El problema de que se acumulen dossieres en las cubetas que no tienen sentido, es que estarás minando la paciencia de los editores. Imagina que tienes que revisar 60 o 70 dossieres en cada tanda y más de la mitad ni siquiera encajan con tu empresa. ¿Cómo te lo tomarías?

Además este problema se agrava a medida que pasan los días del Salón. Para muestra una anécdota: el año pasado, en el 35 Salón del Cómic de Barcelona, Ediciones La Cúpula tenía previsto realizar entrevistas la última jornada, el domingo por la mañana. Pues no las hicieron. ¿Por qué? Porque la gente convirtió su buzón en un “por probar que no sea”, es decir, cada vez que les rechazaban un proyecto a lo largo de jueves, viernes y sábado, muchos autores terminaron echándolo en la cubeta de La Cúpula como si fuese un “aquí nos vale todo”. Eso provocó que se cancelasen esas entrevistas y que aquellos autores que sí que tenían un proyecto que encajase en su línea editorial se quedasen sin la posibilidad de un encuentro a puerta cerrada.

Así que, piénsalo, un día puedes ser tú el que se quede sin entrevista porque algún editor se enfade al ver que a la gente le da igual su línea editorial y le dejen dossieres de todo tipo en el buzón. Si no sabes qué hace cada editorial, estudia.

Las editoriales no cierran después del Salón

Uno de los errores más clásicos que he podido ver en la zona de entrevistas y que yo mismo he cometido es el de intentar “llegar al Salón” con el proyecto por todos los medios. Con la expresión “llegar al Salón”, me refiero a fijar la celebración del mismo como si de un deadline se tratase, como si de pronto, en caso de no tener listo el dossier en esas fechas, todo se fuese al traste.

Es cierto que cuando se aproximan encuentros de este tipo siempre se ajustan cosas de última hora como el diseño del propio dossier o portfolio, las traducciones pertinentes, ajustes en el texto, ajustes en el dibujo…

Pero debe tratarse de últimos retoques, no de hacerse un proyecto entero a toda prisa para tratar de conseguir entrevistas con una editorial muy importante que ha anunciado su presencia. Eso no tiene ningún sentido, es como pretender ganar la final de los cien metros lisos sin haber participado en las clasificatorias.

La elaboración de un buen proyecto necesita tiempo. El guion necesita tiempo, armar una buena sinopsis y un buen argumento necesita tiempo, que el dibujo sea impecable en cada página necesita tiempo y que todo tenga un aspecto bien cohesionado necesita tiempo.

Así que, si estos días estás currando como un loco para llegar al Salón, es mejor que lo dejes pasar, porque seguramente las prisas hagan que se resienta la calidad final de las páginas. Piensa una cosa: ¿tiene sentido entregar un trabajo que sabes que puedes hacer mejor con medio mes más?

Busca traductor antes de entrar

Una vez que uno de los editores internacionales ha seleccionado tu proyecto sabrás exactamente a qué hora está programada tu entrevista con él. Si no hablas inglés ni francés y no has pensado en ello antes, es momento de que busques a alguien que te pueda servir de traductor para la entrevista.

La organización como tal no pone un servicio de traducción a disposición de autores y editores, cosa que sería muy de agradecer y que seguro que no supondría un enorme desembolso. Sin embargo, siempre puedes preguntar a los encargados de la zona profesional por si alguno de ellos puede echarte una mano con el idioma.

También puedes preguntar a otros autores que pululan por allí y eso me lleva directamente al siguiente punto:

Aprovecha para conocer gente

Además de la oportunidad de verte a puerta cerrada con editores que a priori están interesados en tu proyecto, la otra gran ventaja de estos encuentros es la de conocer autores. En los cuatro días que dura el salón pasarán por la zona profesional cientos de autores.

Por allí desfilan autores profesionales de largas trayectorias y autores noveles con sus primeros trabajos. Es un momento ideal para conocerse, enseñarse cosas y, en definitiva, hacer networking de ese.

Además, el ir coincidiendo año tras año por allí, te ayudará a ir estrechando lazos con gente que al final busca lo mismo que tú: un editor que quiera su trabajo.

No admitas demasiada condescendencia

Llegamos al último punto y es el momento de destacar uno de los aspectos “negativos” de estos encuentros que se repite demasiado a menudo.

Se supone que estos encuentros llevan la etiqueta de “profesionales” porque allí se va a comprar y vender proyectos de cómic. Sin embargo yo me he encontrado varias veces con la desagradable sensación de que me estaban dando una clase.

Cuidado, no estoy diciendo que no me parezca bien que me hagan algún tipo de puntualización o de corrección sobre algún aspecto determinado, pero creo que hay límites para todo. A mí algún editor en esas entrevistas me ha dicho directamente: “contigo no tengo nada que hablar” para pasarse después veinte minuto comentando cada error del dibujante viñeta por viñeta.

¿Y eso está mal? Pues sí, en ese contexto sí. Me parece muy bien que alguien de forma desinteresada y con mucha experiencia en el sector pueda darte consejos para mejorar tu trabajo, eso es algo maravilloso, sin embargo volvemos al principio: esa zona es un mercado o al menos debería ser tratada como tal, si te han seleccionado para un encuentro privado es porque hay un interés comercial en la historia y no para dar una master class que nadie ha pedido.

Además el problema de todo esto es que el tono en que se hace suele ser demasiado condescendiente con expresiones del tipo: “está muy bien para la edad que tienes”.

Así que mi recomendación si detectas que tienes delante a un profe frustrado, es que le recuerdes de qué se trata la entrevista y si no quiere tus manzanas no tiene mucho sentido pasar la mañana hablando de compota.

Resumiendo

Pues nada, en pocos días empieza el salón, así que si tienes pensado ir recuerda que las prisas nunca son buenas consejeras, que echar dossieres en los buzones a lo loco te perjudica a ti y a tus compañeras, no dejes que nadie se pase de condescendiente contigo y con tu trabajo, cuanto más profesionales sean todas las partes, mejor y, sobre todo, aprovecha para conocer gente.