Haz la prueba, pon en google algo tan sencillo como “consejos para escritores”, los resultados que obtendrás serán millones. ¿Por qué hay tantas webs que se dedican a aconsejar a gente que escribe? Pues no lo sé, imagino que porque desde hace unos años hay mucha más gente que ha decidido ponerse a escribir y, desde la llegada, hace ya una década y pico, de los blogs de recomendaciones, uno de los temas estrella ha sido la escritura en distintas variantes.
Personalmente no tengo nada en contra de las webs que se dedican a a hacer recomendaciones a los demás, ¡qué demonios, esta es una de esas webs!, pero sí que es verdad que hay una serie de consejos específicos para escribir que me sacan de quicio cada vez que los leo.
Creo que se han institucionalizado como una especie de mantras y que hay que repetir en cualquier artículo sobre escritura, en cualquier taller o en cualquier charla o presentación. Y, en fin, no quiero ofender a nadie, pero es que son mentira…
Son patrañas de gente anclada en métodos viejunos, con ganas de asustar a la gente que empieza o ambas cosas a la vez.
Aquí está mi top 3 de consejos que se repiten más que el alioli y que la gente da por válidos:
Escribe sobre lo que sabes
Esta falacia me encanta y me aterra a partes iguales. Me encanta porque bien interpretada no se refiere a que escribas sobre cuánto cuesta la barra del pan en la panadería de tu barrio o sobre cómo te llevas con tu vecina del quinto. No, bien leída se refiere a que te documentes sobre todo lo que vayas a escribir hasta el punto de que parece que sabes de lo que hablas.
El gran problema es que se suele interpretar mal y aconsejar peor. He visto a “profesores” esgrimiendo este consejo como si fuese una antorcha con la que prender fuego a las ideas fantasiosas de sus alumnos, porque “eso no era algo cercano a ellos mismos”. Es absurdo decirle a alguien que escriba solo “sobre las cosas que le rodean porque ahí reside la verdad”.
¿Qué le diría esta gente a Verne, a Wells o a Lovecraft?
En resumen: mi recomendación es sutituir esa premisa absurda y confusa por: Documéntate, haz que parezca que sabes sobre lo que escribes.
Escribe para el lector
Entre los consejos repetidos mil veces el más abstracto de todos y el que me parece que tiene menos validez de todos es ese de que hay que “escribir para los lectores”.
Perdonadme el exabrupto, pero ¿qué coño quiere decir eso exactamente? ¿Quién es “el lector”? ¿Hay alguna especie de mente colmena a la que hay que enfocar nuestras obras? Es totalmente absurdo pretender que se puede escribir pensando en todos los lectores a la vez o siquiera en un grupo reducido de ellos.
La primera vez que trabajé para una editorial me tocó trabajar con una editora que pensaba de esta forma. Había ocasiones en las que discutíamos sobre momentos concretos y en su argumentación incluía afirmaciones del estilo de: “a los lectores es mejor dárselo todo muy mascado, es triste, pero es así” o “¿por qué no pones esto así?, creo que queda mejor para los lectores.”
Ya tenía muchísimas dudas en su momento y tengo más cada día que pasa sobre el utilizar a “los lectores”, así, en general, para crear una especie de tablas sobre lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer al escribir.
Pero eso no es lo peor, sin duda lo más dañino de este consejo es que provoca el peor de los males posibles: olvidarse de la historia.
Pensando en qué personajes gustarán a los lectores, en qué aventuras gustarán a los lectores o en qué giros gustarán a los lectores, estamos desplazando nuestro foco de atención a un elemento externo a la escritura.
Estaremos pensando en vender el producto antes de haberlo escrito, o dicho de una manera más simple: la estaremos cagando por creer que existe una fórmula ideal para llegar a un ente abstracto: los lectores.
Resumiendo: no hagas caso a este consejo, por favor, sería mejor que hicieses caso a algo como: Escribe lo que te dé la gana, si lo haces lo mejor posible llegarán los lectores.
El primer borrador no sirve de nada
Ay… esto es el colmo de la desesperación. ¿Por qué? Porque sigue dando la impresión de que la gente que escribe se encierra en una cueva a emborracharse y aporrear una máquina de escribir hasta que sale de allí con el primer borrador de un guion o una novela.
Ya va siendo hora de ir prendiendo fuego a mitos absurdos y leyendas urbanas sobre la creatividad y la escritura.
En mi caso, cuando llego a un primer borrador, he pasado por cinco o seis versiones de escaleta, me he currado la documentación, he hecho las fichas de personaje y las he retocado, he escrito el argumento aparte y he redactado algo sobre las intenciones de la obra y mis motivaciones para llevarla a cabo. Ese es un trabajo que, por lo general, me ha llevado meses y me sirve para pulir el borrador antes de estar escrito.
Así que ¿cuando llego al borrador es una mierda que no sirve de nada? Pues no, no es una basura inservible, ni tampoco es la versión definitiva, pero de ahí a decir cosas como “el 80 por ciento del borrador no sirve de nada” o “tener un borrador es lo mismo que no tener nada”, en fin… me parece que hay mucha gente que da consejos sin pensar demasiado en lo que dice.
Cualquier trabajo que se haga a la hora de escribir merece la pena.
Calificar el tremendo esfuerzo que supone terminar un borrador como «inservible«, es poco menos que un atentado a la escritura. ¡Claro que sirve! Es más, yo considero el hecho de llegar a un borrador completo un gran logro, una enorme muestra de esfuerzo y dedicación y una victoria.
Después hay que reescribir, de acuerdo y, en función de lo que se haya currado antes, habrá que reescribir más o menos, pero que nadie os engañe, un primer borrador tiene un valor inmenso.
Evitad a todo aquel que mantenga este consejo como una especie de ley de vida.
De hecho evitad a cualquiera que mantenga tres o cuatro frases simplistas como muestra de nada. Y creédme: el primer borrador tiene un valor inmenso y cuanto más hayas trabajado antes, mejor.
Para terminar todo esto solo un consejo más: no sigáis a pies juntillas ningún consejo para escribir que veáis repetido cienes de veces, ni siquiera los de Escribiendo Cómics. Creo que el único consejo cien por cien fiable es el de:
Escribe, escribe y escribe.